Nunca es tarde para empezar en la música
¿Cuándo se debe comenzar en la música?
Nunca es mal momento para comenzar a estudiar música
“Qué rabia me da no haber empezado a tocar música de pequeño…”
Ésta es, quizás una de las frases que más oigo decir a mis alumnos adultos.
Todos somos conscientes de los muchos estudios realizados.
Artículos escritos y demás documentos en los que se expone abiertamente la relativa facilidad.
Con que los niños son capaces de adquirir habilidades y conocimiento de una forma asombrosa.
Lo cierto es que estoy muy de acuerdo en muchas cosas con toda esa información.
Yo mismo tuve la suerte de empezar en la música a la edad de 3 años.
Y es algo que he podido experimentar en mis propias carnes.
La mayoría hemos dicho u oído alguna vez esa expresión tan típica de: “los niños son como esponjas”.
Esta situación es la que me ha llevado siempre a preguntarme los diferentes factores de ¿porqué puede ocurrir esto?.
Tras muchos años educando tanto a niños como a adultos.
He observado que una de las principales razones por las que esto se cumple (y hasta cierto punto pienso que la que más).
Es la desinhibición que la mayoría de los niños traen “de fábrica”.
De la que la sociedad actual hace que poco a poco nos desprendamos conforme nos hacemos mayores.
Las clases de música nos ayudan a comprender y aprender
Sin embargo, cuando comencé a dar clases de música.
Pude observar que sin duda hay también un gran número de alumnos adultos con esa misma desinhibición.
A la hora de afrontar el instrumento (de los que he aprendido mucho de cómo resolver pedagógicamente ciertas situaciones).
Con el plus de la capacidad de concentración y razonamiento que las personas forjamos a lo largo de los años.
Esa observación forjó una de mis principales directrices a la hora de enseñar:
Trabajar todos esos conceptos teóricos y técnicos desde un punto de vista natural (sea de la edad que sea el alumno).
Haciendo del aprendizaje un proceso lógico en el que se muestran ejemplos claros y auto reflexivos comparables a los de nuestras vivencias cotidianas.
Si esa espontaneidad se da también de forma natural en personas adultas.
Por pocas que sean, es algo que se puede trabajar con cualquiera que se implique” y, sin duda: ¡Así es!
Como profesor siempre intento hablar y ejemplificar desde fuera de la música hacia dentro de ésta.
Pienso que “nunca es tarde (ni pronto) para empezar en esto de la música”.
Siempre que se den los factores de la motivación e implicación por parte del alumno.
Sumado a las dotes de comunicación, dominio de la materia expuesta.
Y, sobre todo, a la capacidad empática por parte del profesor.
El avance es siempre sustancial y sorprendente cuando se sabe dar con la clave de cada persona.
Miguel Lezcano