La música está compuesta de tres elementos:
- Ritmo: distribución de diferentes sonidos o notas en el tiempo, formando una pieza musical.
- Melodía: sucesión lineal de notas caracterizadas por tener una identidad y significado propio.
- Armonía: sucede cuando dos o más notas suenan de forma simultánea. Es por ello que el estudio de la armonía se centra en la construcción y progresión de acordes o voces durante una obra musical.
La enseñanza de teoría o lenguaje musical engloba dos de los tres elementos de la música, el ritmo y la melodía.
Por otro lado, el estudio de la armonía profundiza en aspectos y conceptos tales como: relación de los intervalos, tonalidad, escalas, acordes, etc.
Estos principios son comunes en todo estudio de la armonía, pero entonces ¿En qué se diferencia la armonía clásica de la moderna si ambas estudian y analizan lo mismo?
El estudio de la armonía deriva de la música occidental, en concreto de la música polifónica que es aquella que combina diferentes voces simultáneamente.
Este tipo de música surgió en los coros religiosos de la Edad Media.
Su desarrollo y aplicación durante el periodo clásico dio lugar a una serie de reglas y principios que imperaron en las composiciones corales y sinfónicas, y que son lo que se conoce como Armonía Clásica.
Posteriormente, en el siglo XX surgió el Jazz que se diferenciaba de la música clásica por el uso libre de la armonía y la tendencia a la improvisación.
El desarrollo de este género junto a otros contemporáneos dió lugar a la Armonía Moderna.
La enseñanza de la armonía clásica se ocupa del análisis de acordes básicos y de las cadencias que se produce entre ellos.
Los pilares de este tipo de armonía los tenemos en las corales de Bach y en el “Tratado de armonía reducido a sus principios naturales” escrito por Jean-Philippe Rameau en 1722.
Y que supuso el origen de este concepto pensado de forma vertical, es decir, simultáneo en el tiempo, a diferencia de la melodía que es concebida de forma horizontal pues es la sucesión de notas en el tiempo.
Por otro lado, la armonía moderna amplia las posibilidades de la armonía en tanto que permite reinterpretar y transformar cualquier tema musical debido a dos factores.
El primero es que los acordes no se limitan a mayores o menores, sino que introducen tensiones que cambian la sonoridad del acorde.
Ej: no suena igual un C que un CMaj7 que un Cmaj9.
Y, al igual que se le pueden añadir tensiones a los acordes, también se pueden sustituir o añadir progresiones o movimientos como el famoso II-V.
Este segundo factor se puede extender a la improvisación, pues al igual que puedes modificar, dentro de una serie de parámetros, un acorde, también puedes utilizar diferentes escalas o tonalidades gracias a la libertad y flexibilidad de la armonía moderna.
Como decimos, la armonía es una herramienta imprescindible para cualquier instrumentista ya que es la arquitectura de la música.
Para aprenderla y conocerla, es necesario estudiar el ordenamiento diatónico, la formación de acordes, armonización de voces,…
Así como realizar ejercicios de análisis de canciones, y de composición y arreglo de fragmentos musicales.
Saber armonía te permitirá improvisar sin barreras, componer tu propia música, sacar las canciones y temas que te gustan, arreglar canciones o las melodías de tu grupo,… y sobre todo y más importante, te hará ser mejor músico.
Si quieres aprender armonía de forma sencilla y lógica, en Escuela de Música Pipo López te enseñaremos a entender y utilizar la armonía aplicada a tu instrumento, para que siempre sepas que ocurre sobre el papel y de forma práctica.
¿Qué prefieres tu? ¿Armonía clásica o moderna? Escríbenos tu opinión y la pondremos en el blog de la escuela, junto con el resto de los comentarios, gracias
Escrito por: César Tobías Sidera